Nuestra
historia
MALAESPINA nace en Oaxaca, cuna del mezcal, con el propósito de rescatar su esencia más auténtica. La visión de Juan Santibáñez, un oaxaqueño residente en España, fue clave en su creación.
Tras años observando cómo el mezcal ganaba popularidad en Europa, notó que muchas marcas sacrificaban su identidad en favor de la comercialización. Faltaba un mezcal que respetara su origen, su historia y su proceso artesanal.
Para lograrlo, se han construido alianzas con maestros mezcaleros que aún preservan los métodos tradicionales. Desde la selección del agave hasta la destilación en alambiques de cobre, cada paso sigue prácticas transmitidas por generaciones. El resultado es un mezcal que no sólo destaca por su alta calidad, sino por su fidelidad a las raíces oaxaqueñas.
Hoy, MALAESPINA representa el mezcal en su forma más pura. Su llegada a Europa ha demostrado que es posible ofrecer un destilado de alta calidad sin comprometer la tradición. Más que una bebida, es el resultado de un proceso respetuoso con la historia, el entorno y el saber ancestral que define al mezcal oaxaqueño.

MALAESPINA nace en Oaxaca, cuna del mezcal, con el propósito de rescatar su esencia más auténtica. La visión de Juan Santibáñez, un oaxaqueño residente en España, fue clave en su creación.
Tras años observando cómo el mezcal ganaba popularidad en Europa, notó que muchas marcas sacrificaban su identidad en favor de la comercialización. Faltaba un mezcal que respetara su origen, su historia y su proceso artesanal.

Para lograrlo, se han construido alianzas con maestros mezcaleros que aún preservan los métodos tradicionales. Desde la selección del agave hasta la destilación en alambiques de cobre, cada paso sigue prácticas transmitidas por generaciones. El resultado es un mezcal que no sólo destaca por su alta calidad, sino por su fidelidad a las raíces oaxaqueñas.
Hoy, MALAESPINA representa el mezcal en su forma más pura. Su llegada a Europa ha demostrado que es posible ofrecer un destilado de alta calidad sin comprometer la tradición. Más que una bebida, es el resultado de un proceso respetuoso con la historia, el entorno y el saber ancestral que define al mezcal oaxaqueño.

Con más de 20 años de experiencia en la destilación artesanal, Miguel Martínez es el Maestro Mezcalero de MALAESPINA.
Heredero de una tradición familiar de generaciones, aprendió el oficio desde niño, absorbiendo los conocimientos transmitidos por su abuelo y perfeccionando su técnica bajo la guía de su padre.
Hoy, Miguel combina la sabiduría ancestral con su propia visión, asegurando que cada lote de MALAESPINA refleje el carácter puro y auténtico del mezcal.
Para Miguel, hacer mezcal es más que un oficio; es un acto de respeto por la tierra, el maguey y el tiempo necesario para alcanzar la perfección. Su compromiso con la calidad lo lleva a privilegiar pequeños lotes elaborados con amor y paciencia, garantizando que cada botella cuente una historia de pasión, tradición y excelencia.
Defensor de los procesos naturales y de la pureza del destilado, Miguel rechaza el uso de aditivos y atajos industriales, manteniéndose fiel a las raíces del mezcal oaxaqueño. Su mayor satisfacción es compartir su creación con quienes valoran el esfuerzo y la dedicación detrás de cada sorbo, manteniendo vivo el legado de su familia y de su tierra.
San Dionisio Ocotepec es un pueblo donde las tradiciones siguen vivas. Sus festividades, llenas de música, danza y gastronomía oaxaqueña, reflejan el orgullo y la riqueza cultural de su gente, honrando a sus ancestros y preservando su legado.
Ésta comunidad equilibra modernidad y tradición, preservando su identidad para futuras . generaciones. Su conexión con la tierra, el respeto por la naturaleza y el trabajo colectivo lo han convertido en un referente del mezcal artesanal.